Turismo sostenible: qué es y cuáles son sus beneficios

En las últimas décadas, el sector turístico ha experimentado un notable crecimiento convirtiéndose en una de las industrias más importantes y que mayor peso ha adquirido tanto en la economía nacional como internacional. Pero el turismo de masas plantea un problema muy importante. Y es que, aunque en un principio puede beneficiar a las comunidades locales promoviendo el empleo y generando ingresos económicos, a largo plazo casi siempre se convierte en una amenaza, provocando daños medioambientales y sociales que luego son muy difíciles de revertir. Es por ello que el turismo sostenible se ha convertido en la mejor opción para garantizar la preservación tanto del medio ambiente como de las sociedades locales. Pero ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de turismo sostenible y qué beneficios tiene? Te lo contamos a continuación.

¿Qué es el turismo sostenible?

Según la OMT, el turismo sostenible es aquel que al ser consciente de las repercusiones económicas, sociales y medioambientales que generan las actividades del turismo convencional, busca satisfacer las necesidades de los turistas sin perjudicar el medioambiente, la diversidad biológica y la estructura social de las comunidades locales.

El turismo convencional no suele tener en cuenta el beneficio de estas comunidades ni el cuidado de los ecosistemas, y puede destruirlos con bastante facilidad. Sin embargo, el turismo sostenible piensa desde un principio en el beneficio de los habitantes de la zona, el respeto de las culturas locales y la conservación de los recursos naturales. Por otro lado (aunque muchas veces pensemos lo contrario) el turismo sostenible puede producir los mismos beneficios que el convencional, con la diferencia fundamental de que con el primero la mayoría de estos beneficios revierten en las propias comunidades.

Beneficios del turismo sostenible

La práctica del turismo sostenible trae consigo innumerables beneficios que podemos clasificar en tres categorías fundamentales:

1. Beneficios ambientales

Como hemos visto, este tipo de turismo tiene un mínimo impacto ambiental, ya que promueve un uso óptimo de los recursos, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando no solo a conservar el entorno sino incluso a mejorar los recursos naturales y la diversidad biológica, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de los combustibles fósiles. Al mismo tiempo, esta preocupación por la conservación del medioambiente ayuda a que cada vez más turistas se conciencien y comiencen a fomentar prácticas turísticas sostenibles en su propio entorno.

2. Beneficios socioculturales

Aunque en muchas ocasiones los beneficios socioculturales que promueve el turismo sostenible se suelen pasar por alto, lo cierto es que estos son fundamentales. Y es que este tipo de turismo ayuda, por ejemplo, a integrar a las comunidades locales en torno a las actividades turísticas o a conservar sus activos culturales y arquitectónicos. También a promover la restauración, conservación y el uso de los yacimientos arqueológicos, la construcción de obras de interés comunitario como escuelas, centros médicos, instalaciones deportivas, y centros culturales, y a valorar y expandir las manifestaciones culturales locales.

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3. Beneficios económicos

Entre los beneficios económicos del turismo sostenible se encuentran el desarrollo de empresas turísticas (empresas de viajes, de transportes, de ocio, de alojamiento, de alimentación, etc.), así como otras dedicadas a actividades indirectas (ganadería, agricultura, comunicaciones, etc.). También la reactivación de las zonas rurales, el robustecimiento de las economías locales e, incluso, la repoblación de pueblos que estaban prácticamente deshabitados, y cuyos habitantes, asimismo, se pueden beneficiar de una mayor oferta de ocio. Por otro lado, con el turismo sostenible estas actividades están pensadas a largo plazo, a diferencia de lo que sucede muy habitualmente con las malas prácticas empresariales del turismo convencional que, generalmente, son pan para hoy y hambre para mañana.

Como hemos visto, podemos convertirnos en turistas sostenibles sin tener que ponernos las zapatillas para hacer senderismo o renunciar a las comodidades de un viajero convencional. Y es que convertir el turismo en una actividad sostenible depende solo de nosotros. De esta forma, cualquier actividad turística (rural, deportiva, cultural, etc.) que tenga en cuenta la preservación de los recursos, la preocupación por el impacto ambiental y la distribución de los beneficios entre las comunidades locales, puede considerarse turismo sostenible. Por eso, la concienciación y la educación son las mejores armas para conseguir que cada vez haya más viajeros concienciados y dispuestos a reducir el impacto que generan en el medioambiente.

En Verleal también nos gusta cuidar de la tierra, por eso nos olvidamos de las prisas y disfrutamos viendo crecer nuestras verduras siguiendo el tiempo necesario y la recolectamos en el momento óptimo. Además, nos hemos comprometido a utilizar en los próximos 5 años el 100 % de energías renovables. En 2018 construimos una depuradora propia para mejorar la calidad de las aguas residuales y los restos vegetales de nuestras plantas son destinados a la alimentación del ganado de la zona. Por eso, si además del turismo sostenible también sientes interés en alimentarte de manera responsable con el planeta, ¿por qué no te animas a probar nuestras verduras?

Y tú, ¿practicas el turismo sostenible?

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